EL NIÑO COMO PROTAGONISTA Y CONSTRUCTOR DE SU PROPIA VIDA
Loris Malaguzzi fundador de las Escuelas de Reggio Emilia, Italia, catalogadas por la UNESCO entre las diez mejores del mundo, observando, escuchando y educándolos, construye una imagen de niño, basada en su competencia, su potencialidad y sus derechos.
Una imagen de niño potente, sensible-sensible en varios aspectos, pero por sobre todo abierto en sus sentidos, competente.
Esta imagen pone en primer plano la condición de respetar la subjetividad del niño. Su expresión y su capacidad creativa, enfatizando la solidaridad de los niños entre sí y con el ambiente que los rodea.
Imagen de niño protagonista y constructor, junto al educador del sentido de su propia vida.
Destacando en el niño de hoy:
- Su competencia, no excluyendo sus necesidades sino resaltando sus recursos y derechos
- La fuerza y riqueza de sus por qué. Lo que sabe y quiere.
- Su capacidad para el asombro y la maravilla. Niño fuerte y rico espiritualmente.
- Potente porque puede y podría. Potente porque aprende a relacionarse con el mundo.
- Niño capacitado para provocar el cambio. Competente en la relación e interacción.
- Competente en construir y en construirse. Portador de valores y constructor de solidaridades
- Competente mientras construye el mundo. Constructor de futuros
- Portador y constructor de derechos. Competente al construir teorías.
Reconocer esta imagen de niño, es valorarlo desde su identidad y desde sus múltiples posibilidades expresivas.
Proceso constructivo y socioconstructivo que tiene su anclaje en lo relacional; también vinculando el saber individual y social y con un profundo respeto entre niño y adulto.
Para que se produzca este proceso en el niño, debe estar presente un educador co-creador del saber.
El niño pone su “hacer” ante el educador y gracias a las ciencias contemporáneas podemos comprenderlo cada día más, conocer la unicidad del cerebro, sus formas de aprender, sus inteligencias múltiples, inteligencia emocional y otros.
Cada día el niño, despliega ante nosotros la responsabilidad de su ser único, femenino o masculino, su esencia, su sentido de humanidad, único en sus diferencias, portador de las diferencias de él y de nosotros.
Entonces... la responsabilidad de educar a este Niño de Hoy, es enorme porque el niño:
Es capaz de asombrar y asombrarse, esto debemos verlo como un valor fundamental, porque “vive”, acciona, en esta capacidad de aprender, de conocer.
Es capaz de hacerse preguntas y buscar respuestas, de construir teorías con explicaciones, “por qué” y qué sentido tienen. Lo hace con curiosidad de investigador.
Él es un niño con sentido de las raíces profundas en la búsqueda del por qué y el para qué, de la vida.
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